Son muchas las personas que experimentan dolores en la columna como consecuencia de la realización de malas prácticas de forma frecuente. Por ello, es importante conocer cuáles son los malos hábitos que dañan tu espalda y cómo puedes corregirlos.
¿Te gustaría identificar las peores acciones de tu rutina que pueden acabar ocasionando una patología en la columna vertebral? Quédate a leer este post, te mostramos todo lo que debes saber a continuación.
Dormir inadecuadamente
Uno de los principales factores que influyen sobre la salud de nuestra espalda es la postura adoptada para dormir. Así, la mejor forma de descansar será tumbándonos de lado y flexionando levemente las piernas, evitando, sobre todo, dormir boca abajo.
El colchón que utilicemos para dormir también va a ser importante, tratando de utilizar uno que sea firme y se adapte a nuestro cuerpo. Igualmente, respecto a la almohada, no debe ser demasiado elevada ya que eso implicará posibles contracturas en nuestro cuello.
Recuerda que tu colchón debe ser renovado, aproximadamente, cada 8 años y tu almohada cada 2, con el objetivo de recuperar sus propiedades.
No realizar ejercicio físico
El sedentarismo es muy perjudicial para nuestra salud y afectará notablemente sobre nuestra columna vertebral. Así, es fundamental mantener un estilo de vida activo y practicar deporte varias veces a la semana para reducir la posibilidad de sufrir dolores de espalda.
Podemos elegir entre una gran multitud de deportes, siendo muy beneficioso para la columna la natación. Además, tendremos que tener en cuenta nuestras características físicas para realizar prácticas deportivas sin sufrir lesiones.
Mantener una mala postura laboral
Existen muchos trabajos que, por la forma en la que son ejecutados, pueden acabar ocasionando dolores en nuestra espalda. Para evitar esta problemática, tendremos que prestar atención a cómo desempeñamos nuestras funciones laborales.
Si trabajamos haciendo uso de una computadora lo más recomendable es utilizar una mesa ajustada a nuestra altura, donde no tengamos que inclinar mucho la cabeza. Además, debemos mantener la espalda recta contra el respaldo de la silla.
En el caso de tener un empleo donde hagamos movimientos repetitivos, es esencial realizar descansos y alternar tareas que nos permitan ampliar el tiempo que trascurre de movimiento a movimiento.
Vivir con estrés
Los ritmos de vida actuales se caracterizan por el padecimiento de elevados niveles de estrés, los cuáles pueden afectar notablemente a nuestro bienestar y a la salud de nuestra espalda.
De este modo, la ansiedad y el estrés pueden provocar tensiones musculares y contracturas, impidiéndonos que podamos llevar a cabo nuestras tareas cotidianas sin sentir malestar.
Los ejercicios de respiración nos pueden ayudar a controlar este estado y conseguir minimizar nuestra tensión.
Utilizar tacones altos
El calzado que utilizamos diariamente también puede incidir sobre las dolencias de nuestra espalda. Por ello, los tacones altos solo se deben utilizar en situaciones excepcionales, y en su lugar, lo más adecuado es utilizar un zapato plano que cuente con la suela suficiente para amortiguar nuestras pisadas.
Los tacones altos tienen contraindicaciones para nuestra columna, fomentando las curvaturas en la espalda y generando dolores en la zona lumbar de la espalda.
Cargar pesos excesivos
Finalmente, entre los hábitos que dañan la espalda, no podíamos olvidarnos de mencionar la relevancia que tiene cargar pesos excesivos.
Siempre que tengamos que levantar un objeto pesado se recomienda contar con la ayuda de otra persona para no sufrir lesiones. En el caso de que tenga un peso apto para levantarlo por nosotros mismos, nos agacharemos y sostendremos el elemento en cuestión pegado el pecho para, posteriormente, levantarnos muy poco a poco haciendo uso de las rodillas, principalmente.
Como se ha podido observar a lo largo de este artículo sobre los hábitos que dañan tu espalda y tu columna, es importante modificar algunas de nuestras actuaciones, evitando que una mala postura o un movimiento desafortunado provoque una dolencia en nuestra espada y, así, poder prevenir también la presencia de padecimientos en la columna vertebral.
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¡Yo si cuido tu columna!
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