Mantener un ritmo de vida activo es fundamental para el cuidado de nuestro cuerpo y nuestro organismo, siendo necesario conocer cómo afecta el sedentarismo a la columna y qué implicaciones puede tener en el desarrollo de nuestro día a día.
¿Te gustaría conocer las consecuencias que el sedentarismo puede provocar sobre la columna vertebral? Quédate a leer este post, te mostramos todo lo que debes saber a continuación.
Genera sobrepeso y obesidad
Una de las principales razones por las que deberíamos evitar el sedentarismo es su capacidad para generar sobrepeso y obesidad. Esto es debido a que nuestro gasto energético se reduce como consecuencia de la falta de ejercicio, haciendo imposible quemar las calorías de los alimentos que ingerimos a lo largo del día y que, finalmente, se convierten en grasa.
La alimentación también juega un papel clave en este sentido, siendo vital consumir comida rica en calcio, magnesio, fósforo y vitaminas B1, B6 y B12.
Como resultado de la obesidad, nuestra columna vertebral deberá soportar un exceso de peso que acabará provocando dolores y fatiga, debilitando la musculatura de la espalda y provocando patologías que interfieran en nuestra vida y nuestra felicidad.
Fomenta malas posturas
Sin lugar a dudas, ser personas sedentarias también repercutirá en la adopción de malas posturas ya que, al pasar demasiado tiempo sentados, tendemos a forzar nuestra posición colocando la columna vertebral en un estado inadecuado.
La postura natural del ser humano no se produce cuando estamos sentados, por lo que varias regiones de la columna pueden sufrir presión o sobrecarga, desarrollando una lesión al mantener una posición sostenida durante largos periodos de tiempo.
Cabe resaltar que los malos hábitos posturales son uno de los factores que más inciden sobre la salud de nuestra columna, pudiendo ocasionar diferentes padecimientos y dolores.
Debilita la estructura de la columna
El sedentarismo puede dar lugar a problemas más importantes de los que podamos llegar a pensar y es que la falta de movilidad puede hacer que la estructura de nuestra columna vertebral se vaya debilitando poco a poco.
Uno de los resultados directos del sedentarismo es la deficiencia de movimiento por parte de nuestros músculos y articulaciones. Así, vamos perdiendo masa muscular y ósea, disminuyendo la fuerza de nuestra columna y atrofiando nuestro cuerpo.
Este hecho provoca un incremento en la posibilidad de sufrir dolores articulares y contracturas, además de padecer otras enfermedades como la osteoporosis o la artritis, las cuales también afectarán a la salubridad de la columna vertebral.
Aumenta los niveles de estrés
Otro de los motivos que nos indican la peligrosidad del sedentarismo es su contribución en el aumento de los niveles de estrés, lo que facilitará la aparición de contracturas musculares y lesiones en la espalda, a la vez que se ejerce presión sobre la columna.
La práctica de ejercicio físico libera endorfinas que crean en nuestro cuerpo una sensación de energía y felicidad por lo que, ante la ausencia de deporte, nuestro estado mental y psicológico se verá afectado, promoviendo la ansiedad y el estrés.
Produce patologías en la columna
Finalmente, para conocer cómo afecta el sedentarismo a la columna, no podíamos olvidarnos de mencionar su incidencia en la aparición de patologías en la columna.
Al estar sentados durante muchas horas perdemos la curvatura natural de la columna, impidiendo que ejerza su función principal de sostenimiento, lo que hará que aparezcan dolores y malestar como resultado de un posible padecimiento en la columna vertebral.
Podemos destacar la frecuencia con la que se diagnostica la lumbalgia en pacientes con una vida poco activa y como se desarrollan otro tipo de enfermedades debido al sedentarismo.
Como se ha podido observar a lo largo de este post sobre cómo afecta el sedentarismo a la columna, es vital realizar deporte de manera frecuente y llevar a cabo actividades que nos mantengan en forma para fortalecer nuestra columna vertebral y evitar la aparición de patologías que puedan condicionar nuestra calidad de vida.
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¡Yo sí cuido tu columna!
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